ENTREVISTA: FRITZ MEIER, VINICULTOR SOSTENIBLE

Hoy estamos conversando con Fritz Meier, uno de nuestros experimentados vinicultores en Kendall-Jackson . El es solo uno de los muchos empleados de Kendall-Jackson para quienes la sostenibilidad es una forma de vida—en el trabajo y en el hogar.

Buenos días Fritz, gracias por conversar conmigo hoy sobre sostenibilidad. ¿Nos podría contar un poco sobre usted, y cómo llegó a ser vinicultor en Kendall-Jackson?

Ciertamente. Crecí en un pequeño poblado de Alemania, en medio del Bosque Negro, Mi familia tenía un rancho pequeño  donde cultivábamos toda nuestra propia comida, así como una pequeña destilería de cogñac y vendíamos o intercambiábamos nuestro cogñac con otras familias en el pueblo. Crecí aprendiendo de mi padre como hacer vino—pero nuestro vino nunca salió bueno, siempre terminábamos comprándolo. Hacer cogñac es mucho más fácil, el proceso de destilación nos daba un mayor margen de error y es muy indulgente.

Yo originalmente quería ser un científico nuclear, pero mi padre me hizo una apuesta y tuve que pasar un año aprendiendo un oficio, y si después todavía quería ir a la universidad el me pagaría los estudios. Yo escogí trabajar en una bodega cooperativa de vinos en el pueblo, y luego de un año decidí quedarme en la cooperativa y luego de un año decidí quedarme en la cooperativa y convertirme en vinicultor.

Eventualmente fui a la universidad, donde conocí a Dave Hastings, quien es actualmente un vinicultor en Kendall-Jackson. Él estaba en Alemania con un programa de estudios en el extranjero desde California. Yo lo visité en California  y me enamoré del lugar. Mi meta era vivir allí por algunos años, y luego regresar a Alemania y abrir una bodega con mi padre, pero he estado aquí 16 años.

¿Cómo comenzó su interés en la sostenibilidad?

La sostenibilidad es un interés natural para mí debido a mi crianza. Como dije, cultivábamos nuestra propia comida, por lo que éramos muy cuidadosos sobre como sembrábamos y que poníamos en nuestros cultivos. No éramos 100% orgánicos, pero practicábamos IPM (Manejo Integrado de Plagas) antes de que se llamara IPM. Construimos cajas en el jardín para capturar el calor del sol y cultivar vegetales durante todo el año—teníamos hasta lechuga fresca en enero. Todo lo que comíamos, lo cultivábamos en la casa, no creo que tomé mi primera soda antes de ser un adolescente.

No lo llamábamos sostenibilidad, era simplemente como eran las cosas. Recuerde que mi pequeño poblado había existido en las montañas por 2,000 años antes de tener su primer tractor o automóvil. Hasta cortábamos nuestra propia carne en el congelador comunitario e intercambiábamos con otros rancheros los alimentos que no hacíamos en la casa.

¿Cómo incorpora su interés en la sostenibilidad en su proceso de vinicultura?

La vinicultura y la sostenibilidad están muy conectadas. El vino es un producto muy natural, con la excepción de un poco de SO2, todo en el vino viene de los viñedos, y todos nuestros desperdicios son abono orgánico. Estamos muy pendientes de como cuidados de nuestros viñedos, y hemos recibido las certificaciones SIP y CCSW por nuestras técnicas de cultivo sostenible.

El hacer vino no requiere de mucha energía ni agua, por lo que es ahí donde enfoco nuestra eficiencia y ahorro. Donde yo crecí teníamos que tener cuidado con nuestra agua y consumo de energía–[en los Estados Unidos] la energía y el agua son mucho más baratos, y el nivel de desperdicio en general es mucho más alto. Hemos hecho mucho trabajo de ahorro.

Hemos instalado lavadoras de barricas de alta eficiencia, usamos un sistema de cogeneración solar para calentar el agua, operamos con 100% de electricidad renovable, y usamos nuestra agua de lavado para recargar el acuífero local.

Todo esto ayuda a reducir significativamente el impacto de la vinicultura.

He escuchado que usted lleva con usted la sostenibilidad a su casa. ¿nos puede decir algo sobre lo que hace en su casa para un menor impacto ecológico?

Yo vivo en una vieja casa Victoriana, un lindo edificio que no fue construido para ser energéticamente eficiente. Hemos hecho muchas reformas en la casa, incluyendo aislamiento térmico de las paredes y el techo, remplazando todos nuestros focos y electrodomésticos con modelos de eficiencia energética, e instalando un nuevo techo para ventilar adecuadamente el ático y mantener la casa fría.

Luego decidimos instalar paneles solares en la casa—me gusto la idea de una electricidad “sin culpabilidad”. Tenemos 40 paneles, cada uno con capacidad de producir 175 vatios de electricidad. Actualmente produce suficiente energía para uso durante todo el año. Mi meta es, cuando mis hijos se vayan en algunos años, tener suficiente generación en exceso para un carro eléctrico.

Además, usualmente voy en bicicleta al trabajo 4 veces a la semana. Me tardo casi una hora al ir y venir, pero me pone de buen humor y luego no tengo que ir al gimnasio. Los únicos días que uso el coche es cuando está lloviendo—no me importa mojarme cuando llueve mientras voy en la bicicleta, pero odio comenzar cuando está lloviendo.

Gracias Fritz por compartir su historia de sostenibilidad hoy con nosotros. Muchos otros empleados de Kendall-Jackson viven la sostenibilidad tanto en la casa como en el trabajo (¡la ’ultima vez que conté creo que conozco 6 personas con paneles solares en sus casas!) Ya les presentaremos en próximos meses a otros de nuestros empleados para quienes es importante la sostenibilidad—solo una forma de conocer aún mejor al grupo de Kendall-Jackson.